Tierra Astur
- La Ternera
- 6 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Me enamoré de Asturias a través de su comida visitando este espectacular restaurante.

Hace algunos años, cuando me mudé a España, me encontré con la gran variedad gastronómica que existe de una región a otra. Al recorrer el país te encuentras con especialidades en cada una de sus zonas. Les quiero compartir de una de mis favoritas: Asturias. Una región localizada al norte de España, entre el mar y la cordillera cantábrica. Con tan solo una visita al restaurante Tierra Astur quedarás enamorado de la gastronomía, la cultura y el encanto de estas tierras.
Tierra Astur es una Sidrería que actualmente tiene cinco locales en Oviedo, Avilés, Gijón y Colloto. Visité la Sidrería de Gijón que se encuentra frente a la playa el Poniente, algo que le da un encanto extra al local. Al entrar, la decoración está conformada por botellas de Sidra que cuelgan del techo y barriles de distintos tamaños que utilizan de separación entre las mesas. No estoy hablando de los barriles pequeños que se ven en los bares, sino de barriles gigantes que albergan mesas en su interior. Lamentablemente no éramos suficientes como para sentarnos en esas mesas, pero no dudo que ha de ser una experiencia inigualable.
La sidra, la considero una de las tradiciones asturianas más autóctonas y divertidas. Al llegar al restaurante nos hicieron esperar en la barra con una botella de Sidra y una entrada de la casa. Ese fue el momento en que me enamoré de esta tradición ya que te sirven la bebida con la botella de sidra posicionada en el brazo estirado sobre la cabeza del mesero y el vaso colocado por debajo de la cadera. Una vez posicionados, inclinan ligeramente la muñeca mirando al horizonte o incluso hablando con sus clientes mientras sirven el “culín” que se toma de un solo trago.

Para empezar, pedimos la tabla de quesos DOP Cabrales que son parte emblemática de la gastronomía de esta zona de España. No les puedo explicar lo increíble que son estos quesos, ya que están elaborados con leche cruda de vaca o una mezcla de vaca, oveja y cabra. Además, su proceso de maduración se realiza en unas cuevas localizadas dentro de la misma región. Tiene uno de los sabores más fuertes que he probado, pero queda delicioso con la mermelada y las nueces que lo acompañan.
Luego, como plato principal pedimos la carne Chuletón de carne roja a la parrilla acompañada de patatas. A pesar de que el Chuletón no es una carne asturiana como otros cortes que ofrecen, la cocinan a la perfección y le espolvorean escamas de sal marina antes de poder degustarla. Se siente el sabor de parrilla en la carne y una textura tan suave que resalta el sabor sin aliñarla demasiado.

A pesar de esto, durante toda la comida me seguía llamando la atención la forma en la que servían la sidra una y otra vez. Es una técnica especializada y a la vez puede confundirse con un sutil paso de baile. Tan intrigada estaba que le pedí al camarero que me enseñara cómo servir la Sidra. Luego de un par de intentos seguí sin éxitos, pero es una experiencia única y una bebida diferente y suave que acompaña la comida a la perfección.
¿Regresaría a Tierra Astur?
Sin pensarlo dos veces. Además, tan buena fue la experiencia que iría a Asturias únicamente a comer y de regreso a Madrid. Es un restaurante que te hace enamorar de las tradiciones y la cultura de una región. Se preocupan por los pequeños detalles como acomodarte mientras esperas la mesa, y tener la paciencia de demostrar cómo se sirve la sidra. En esta sidrería verdaderamente vives la experiencia completa del buen comer con tres sencillos pasos: una bandeja de quesos, mucha sidra y un delicioso Chuletón de vaca.
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