Café Comercial
- La Ternera
- 13 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Lo interesante de esta cocina es que cuida sus raíces castizas dándole un toque moderno y arriesgado a sus platos.

Existen ciertos lugares que nos encontramos en la calle que simplemente llaman la atención. Tienen un encanto diferente y una fuerza que te obliga a entrar. Luego nos entra la duda de si vale la pena arriesgarse entrando ciegamente a un restaurante y en fin, seguimos nuestro camino. Esto me paso con Café Comercial. Cada vez que pasaba por la Glorieta de Bilbao, este restaurante llamaba mi atención. Puede ser por su excelente ubicación detrás del icónico Kiosko KGB o la sutil decoración de su terraza. En fin, nunca tuve la osadía de entrar y descubrirlo por mi misma.
Cuando llegue a casa decidí investigar sobre este lugar, lo que encontré no solo me hizo querer ir, sino reservar para celebrar una ocasión especial. La comida de Café Comercial tenía un aspecto que provoca al paladar. Más allá de esto, la historia detrás de este restaurante de Madrid que ahora forma parte del Grupo El Escondite que reabrió sus puertas para seguir forjando su historia de más de 130 años en la capital de España.

Al llegar al restaurante te teletransportas dentro de su historia por su excelente decoración que explica en lujo de detalle el artículo de AD Architectural Digest llamado: “Así es el nuevo Café Comercial de Madrid tras su Reapertura”. Nos dirigieron a nuestra mesa en la segunda planta donde tienen un pequeño escenario, del cual había leído que en ciertos días tocan música en vivo. El día que visitamos nos acompañó una banda que entonaba las canciones más populares en su versión de jazz, un complemento perfecto con la comida.
Ahora lo más importante de la experiencia, su comida. Al ser un restaurante mestizo nos decidimos por la comida más típica de España. Para los entrantes: Croquetas de Jamón Ibérico de Bellota y Ensaladilla Clásica “El Comercial”. Lo interesante de esta cocina es que cuida sus raíces castizas dándole un toque moderno y arriesgado a sus platos. Ambos pedidos estuvieron espectaculares, se notaba la calidad del Jamón dentro de la croqueta, y la ensaladilla es una de las mejores que he probado en Madrid.
La atención fue tan personal que el camarero se tomó el tiempo de preguntarnos cuál eran nuestras preferencias para poder recomendarnos el tipo de arroz más adecuado. Nos pedimos el Arroz al estilo “a banda” con muslo de pato deshuesado al momento. Así como su nombre lo dice, el camarero llegó a la mesa con el muslo listo para deshuesarlo con cucharas de lo tan suave que estaba la carne. El arroz por su parte estaba aliñado a la perfección, consiguiendo una textura crocante. Sin embargo, el arroz definitivamente no le roba el protagonismo a la cocción del plato.

Este lugar es lo que parece, y vale la pena ir a visitarlo para tener la experiencia del buen comer. La atención es impecable, el lugar te desconecta del exterior y la comida te enamora. Ahora solo queda regresar para poder ir a visitar la barra que tiene un ambiente increíble, con muy buena música. Además, se dice que el desayuno también ofrece mucha variedad que opino que vale la pena tomarlo en la terraza y admirar la belleza de la Glorieta de Bilbao.
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