Hay Pan

La mezcla de culturas en un solo restaurante, donde podrán disfruta de platos sencillos con los mejores ingredientes y la más alta dedicación a cada detalle.

En Quito, la capital de Ecuador, encontrarás ofertas gastronómicas competitivas de distintas culturas. Una de ellas es la francesa, en la cual se destaca el restaurante Chez Jerome. El chef francés Jerome Monteillet  se mudó a Latinoamérica para crear una “alianza” entre las culturas (como lo describe en su página web). El lugar que visitamos fue el bistro que tiene junto al restaurante principal que se llama Hay Pan, que tiene el fin de ofrecer una propuesta culinaria accesible a todos. Hay Pan ofrece platos simples, pero increíblemente ejecutados con los mejores ingredientes. Esto se debe a que el pan que utilizan y los postres que ofrecen los realizan en su propia panadería que se encuentra en varios locales de la ciudad. 

Los locales del chef están localizados en un inmenso jardín donde se encuentra la casa principal que es el restaurante Chez Jerome, un segundo local bistro de Hay Pan, y por último un local en la esquina del jardín que alberga la panadería. La idea de tener un bistro con platos variados a precios accesibles ha hecho que el nombre de Chez Jerome llegue más lejos. La panadería presenta su oferta de panes, desde los más típicos hasta los más elaborados como el croissant de almendras. Esto ha hecho que las ideas de un grandioso chef lleguen a una ciudad entera sin distinción de clases o niveles económicos. 

Al llegar al restaurante en un día lluvioso en la capital, me provocaba pedir una sopa para acompañar el frío. En el menú ofrecen una sopa a la que llaman la “Tomateca” que es una mezcla entre la típica crema de tomate y la sopa azteca conocida en la gastronomía mexicana. Este plato, a pesar de sentirse como una comida casera reconfortante, tiene los ingredientes de la sopa azteca que resaltan por sus sabores picantes. Es un plato único que destaca la creatividad de mezclar dos tradiciones distintas en un solo bocado. 

Los platos fuertes me llamaron mucho la atención ya que tiene una variedad de platos típicos ecuatorianos con toques del restaurante. La idea de usar el pan que ellos mismos realizaban en su tienda me encantó ya que todos los restaurantes pueden hacer sándwiches pero no todos pueden hornear su propio pan. En esta ocasión compartí dos tipos de sándwiches diferentes: “El Manaba” y “Le Poulet”. Por un lado, El Manaba era un reflejo de la cultura ecuatoriana que ha adoptado el restaurante, pero el otro demuestra las raíces francesas que tiene el chef. Ambos eran hechos con el delicioso pan Baguette Viena elaborado por ellos, dándole frescura al plato y demostraba el tiempo dedicado al proceso y a la creación del plato. 

Para terminar con broche de oro, pedimos los postres que ofrecen. Tengo que admitir que no soy una persona muy dulcera, prefiero pedir una entrada a un postre, pero estos me enamoraron tanto que los volvería a pedir. Pedimos tres diferentes para compartir entre todos. La Tartaleta Pie de Limón está perfectamente elaborada con las tres capas de base crocante, el relleno de limón y por encima los suspiros. El Royal de chocolate, un mouse de diferentes tipos de chocolates. Por último, y el más rico de todos, fue uno de avellanas cubierto de chocolate que no he podido encontrar en su menú, pero me encantaría tenerlos en Madrid.